¿Todas y todas procrastinamos en la vida?

08
Mar 2022

Si, todas y todos procrastinamos en algún momento de nuestras vidas y dependiendo de la frecuencia de su uso, podemos clasificarla en procrastinación eventual, frecuente y crónica que pasan a formar parte del  estilo de vida, convirtiéndonos en verdaderos creyentes que el mundo confabula contra nosotros.

 

La pregunta del millón a hacernos es ¿qué beneficios reales nos produce el procrastinar? nos ayuda a tomar las mejores decisiones y acciones a posteriori o simplemente se convierte en la muletilla de los “no puedo”, “no sé”, “no tengo ganas”, “estoy desmotivada”, “no soy buena o bueno para eso o para aquello” todos mensajes que al final construyen esa montaña de frustración y baja autoestima que vamos arrastrando silenciosamente y boicotean cualquier proyecto a desarrollar.

 

Según la Real Academia Española, procrastinar se entiende como diferir, aplazar.  Sencillas palabras que encierran toda una carga emocional, psicológica y física de acciones u omisiones que nos llevan a retrasar actividades y tareas. Las que originalmente nos habíamos propuesto como metas, compromisos, ayuda, obligación y que desdeñamos ante la ausencia del suficiente estímulo, motivación o condiciones físicas o ambientales que consideramos necesarias para realizarlo.

 

La procrastinación se manifiesta en diferentes campos de nuestras vidas, como son la salud, el autocuidado físico y emocional, la alimentación, el ejercicio inclusive el crecimiento espiritual. En nuestra cabeza enviamos la orden “nunca se cuenta con las suficientes condiciones para arrancar, para iniciar” y es que el secreto de ésto consiste en tomar conciencia del propósito, de la intención de lo que queremos alcanzar.

Hoy las y los invito a definir los propósitos, las intenciones que tenemos para iniciar todo aquello que se nos ocurra: estudiar un nuevo idioma, iniciar ejercicios, hacer yoga, cuidar la alimentación, entre otros tantos retos que nos tracemos.

 

Existen diferentes métodos, formas de definir lo que queremos hacer.  Aquí les comparto uno de tantos, consiste en visualizar como queremos estar, que queremos ser, que queremos adquirir y eso lo convertimos en nuestra meta a alcanzar, eso lo imprimimos en nuestros consciente e inconsciente.  Construímos los modos de hacerlo, los cómos, los cuándo, los con quienes; los que nos permitirán definir objetivamente el punto de arranque, de partida y de llegada.

 

Si observamos nuestros propósitos de manera lineal, podemos tendernos a frustrar, ya que la realidad nos ofrece muchas curvas, muchas pendientes, muchos baches, muchos vacíos que debemos tomar en consideración para no desistir en la primera dificultad que aparece. Lo importante es tomar conciencia que pueden surgir y que estaremos preparadas y preparados a afrontarlas, a superarlas y a continuar con el propósito, la meta definida.

 

Ante cada curva, pendiente, transformarla de obstáculo a aprendizaje, ante cada frustración transformarla en qué estoy superando de esta situación y de esa manera estaremos cambiando la forma de ver el mundo y de vernos a nosotras mismas y mismos.

SOBRE EL AUTOR

Erika Fricke
En 2012 fue certificada como Terapeuta de Masajes Ayurvédicos con el Dr. M. Hettige, Director del “Deegayu International Institute of Ayurveda & Traditional Medicine” de Sri Lanka. Al regresar a Nicaragua fundó el primer centro de masajes ayurvédicos del país.

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